Huyendo de mi Alfa

En un mundo donde el destino se escribe con sangre y promesas, escapar es un pecado... y amar, un lujo que pocos pueden permitirse.

¿Quién diría que acabaría huyendo... huyendo del padre de mi hijo?

Suena ridículo, lo sé. Y sin embargo, aquí estoy, con las botas cubiertas de barro, el aliento cortado por el frío de la madrugada y el corazón golpeando como si quisiera escapar antes que yo.

Renací en una novela romántica Omegaverse, categoría +19, titulada "El amor es solo para algunos". Una historia que había leído porque me llamó la atención y abandonado por tedio, sin imaginar que un día me vería atrapado en ella.

El problema: no desperté en el cuerpo del protagonista ni del héroe... sino en el del villano. Ese mismo Omega arrogante que, cegado por sus celos, arruinaba a la protagonista y acababa perdiéndolo todo, incluso su vida. El mismo que, en las páginas, terminaba asesinado por su propio esposo.

Y todo sucedió como lo temí, a excepción de que no era como el villano.

Pero hubo algo que nunca entendí.

Las pocas personas con las que llegué a hablar, los pocos con los que sentí que podía confiar... desaparecían. Sin explicación, sin rastro. Uno por uno.

¿Era paranoia? ¿O realmente había una mano invisible que cortaba los hilos de mi vida?
No lo supe entonces... pero ahora lo temo.

Y para colmo... estoy embarazado.
No sé si fue accidente, destino o un plan frío y calculado de mi marido dejarme así.

El problema es que en algún lugar, está muy... muy furioso por mi desaparición.

Y sé que vendrá por mí.