Veranos que sobrevivimos

Desde que Kira tiene memoria, su vida ha estado marcada por la despiadada visión de su padre para el legado familiar. A los siete años, supo que su futuro ya estaba decidido: un matrimonio concertado con Yumeko Jabami. Pasaron veranos juntos bajo la atenta mirada de todos -algunos alegres, otros cargados de resentimiento- hasta que el vínculo entre ellos se desgastó en un silencio cauteloso.
Años después, la Academia St. Dominic se convierte en su campo de batalla. Kira, fría y calculadora, se niega a verse enjaulada en un futuro que no eligió. Yumeko, toda paciencia y silenciosa rebeldía, solo quiere recuperar a la amiga de la infancia que perdió.
Contada a través del tira y afloja del presente y los veranos pasados, su historia se desarrolla en juegos de alto riesgo, alianzas reticentes y momentos que ninguno de los dos puede olvidar del todo: una rodilla raspada y un susurro de consuelo, un beso robado bajo las luces de la borrachera, un reto que perdura durante años. A medida que la situación se intensifica y la presión familiar se intensifica, ambos deben decidir qué están dispuestos a arriesgar: el poder por el que han luchado o la persona que siempre ha estado al otro lado de la mesa.
Porque a veces, incluso en un matrimonio concertado, puedes elegir cómo jugar las cartas que te han tocado.