El néctar de un corazón roto

Las cajas del estante cayeron de forma directa en la cara de Arnie.

- ¡Me lleva! -

La cara de su madre al principio fue de preocupación, pero cuando vio que solo salió un simple chichón en la frente de Arnie su rostro se colmó de gracia.

-Me parece que ahora tienes más razones para llorar que un simple chico - añadió su madre con descaro

Arnie no dijo nada y se dispuso a seguir sacando cajas del closet

-pero que tanto buscas Arnie? Llevas ahí horas- añadió su madre

-busco una parte de mi corazón-

-ay por dios, otra vez sollozando por ese niño, deberías de mejor salir y conocer más chicos de tu edad, ya paso un año Arnie-

Sin embargo, Arnie siguió sacando cajas del armario, una tras otra, la madre al ver la poca atención que su hija le prestaba salió de la habitación.

-Aquí esta! - grito Arnie. -Aun sigues aquí pero más empolvada y con algunos corazones rotos en la superficie-

La caja era negra con estampado de puntos de colores y pegatinas de corazones en la tapa, tenía polvo y estaba cubierta de varias telarañas, sin embargo, Arnie a pesar del terror que le tenía a las arañas no se dio ni cuenta de que una le caminaba por la mano al sostener la caja curiosa.

Recuerdos de Arnie-

La frase escrita con tinta roja en la tapa, y el aroma a perfume viejo del que se encontraba impregnado, hizo que Arnie se dispusiera a llorar, aun recordaba ese aroma a chicle y un pétalo de rosa cayo por un lateral de la caja. Era cierto, todo había sido una historia que tuvo su fin hace mucho tiempo.