20 parts Ongoing Bestia. Era su apodo, su condena, su verdad.
Era un arma perfecta o un desastre imposible de controlar.
Hasta que apareció él. Neteyam Sully.
Demasiado limpio. Demasiado brillante.
Demasiado todo lo que ella no era.
Al principio, lo rechazó. Le gruñó. Lo empujó. Le mostró los dientes. Le advirtió, con cada gesto, que se mantuviera lejos. Que no se acercara. Que no la mirara así.
Pero él hizo todo lo contrario. Se volvió importante. Se volvió su ancla.
Bestia. Sí. Pero ahora... su bestia.
Y por él, por esa luz inesperada, aprendió que incluso un monstruo puede tener un corazón que late por alguien.