En la Ciudad de las Mil Caras nadie recuerda al Errante.
Cada amanecer, la Vuelta borra su nombre, disuelve sus huellas, lo condena a ser aire entre multitudes que jamás lo reconocen.
Solo le queda la piel marcada con grafito romo y un hilo vivo en la muñeca que late débilmente, recordándole que aún existe.
Pero entre mercados donde se venden recuerdos, ríos que cobran con nombres olvidados y muros donde respira la piedra, persiste una imagen imposible: un rostro que nunca cambia.
Ese rostro, fijo como una herida, puede ser su condena o su redención.
El Errante atraviesa distritos donde todo es máscara, silencio o traición. Enfrenta a mercaderes que compran identidades, a cartógrafos que clavan vidas en mapas, a un Archivo que promete salvarlo fosilizándolo en un expediente. Y, sobre todo, se enfrenta a sí mismo: a la culpa de un pecado imperdonable, al miedo de no ser jamás nombrado, al deseo de recordar a alguien más antes que a sí mismo.
¿Se puede hallar permanencia en un mundo que todo lo olvida?
En este laberinto de sombras, ecos y cicatrices, la verdadera lucha no es contra la Ciudad, sino contra la disolución del propio yo.
Una fábula oscura, poética y desgarradora sobre identidad, memoria y redención. Una historia para quienes buscan belleza incluso en el dolor, y saben que a veces recordar es el acto más heroico.
Desde desastres naturales hasta depresión y ansiedad poemas de todo tipo hay acá :).
Acepto criticas con todo gusto para mejorar.
Aquí hay tantos cambios de animo como cambios en un bipolar sin ofender, en uno puede estar hablando de lo devastador que son los desastres naturales y el siguiente se puede tratar de de lo bonito que son los rayos de sol