Bien que dicen que las casualidades son momentaneas, talvez si...
Pero que pasaría cuando ya no fuera casualidad?
Que pasaría cuando todo se convierte en un completo caos?
Que pasaría cuando todo se iría a la Mierda por una simple persona?
Pues... Eso le pasó a Stelle
Stelle, la líder de los Yakuza en esos momentos en Tokyo - Japón
Conocida por ser tan fría, tan poco etica y por tener métodos de tortura para sus enemigos tan efectivos pero horribles a la ves.
Nadie le hace frente, nadie la reta, todos le temen...
Todo lo tiene, todo lo posee, tiene el control de absoluto todo...
Aunque ella para muchos no es más que un fantasma. Debido a que no suele recurrir a siempre estar presente, y prefiere vigilar todo desde la comodidad de su oficina...
Por otro lado, tenemos a Tn
Un simple chico de 20 años el cual siempre ha tenido complicaciones en su vida, desde siempre tener problema financieros, hasta ser tratado mal en todos sus trabajos que le han tocado.
El no es como los demás.
No es feliz, si , pero tampoco es alguien triste, trata de salir siempre adelante aunque se le complica...
¿Pero como es que ambos caminos pueden coincidir?
Digamos una situación de trabajo... Tn en uno de sus miles de trabajos, estuvo cara a cara con la misma Stelle, la cual desde un principio se mostraba seca e inexpresiva como siempre, pero mantenía su vista en alguien... Si, ese alguien era Tn.
Tn no se veía como cualquier chico, y no lo era... Tenía problemas constantes y su vida era una mierda, pero siempre mostraba esa sonrisa tan intensa y brillante como siempre.
Eso fue lo único que tuvo que hacer Tn para llamar la atención de la mujer más despiadada y letal de todo Tokyo...
Al principio todo iba medio normal, pero poco a poco... Todo se fue tornando en algo más profundo que un simple interés...
"No se quien eres, porque estas aquí, y... Porque siempre sonríes de esa forma tan molesta, pero... Solo se una cosa. Te necesito~♡"
-Stelle
Mihono Bourbon no eligió ser una campeona. La eligieron a ella.
Criada entre entrenamientos, comparaciones y expectativas, aprendió a correr... pero no a vivir.
Cuando conoce a alguien capaz de ver más allá de la máquina en la que intentaron convertirla, Burbon empieza a descubrir que hay sueños que no se corren en la pista... sino en el corazón.