A lo largo de mi vida crecí en una penumbra... sí, palabra un poco cliché, pero es que, no hallo un sinónimo para poder describir con exactitud mi situación. Mi mundo para muchas personas es peligroso, para otras es emocionante, aunque creo que depende demasiado de tu papel y de los cargos que poseas.
¿Qué era yo para muchos? Un simple peón. Eso. Absolutamente nada más. Viví tanto con toda esta idea que pensé que siempre sería así, hasta que... llegó él a mi vida, sí, ese hombre que puso todo patas arriba.
Lucas Keller.
Con solo escuchar ese nombre todo dentro de mí se sentía raro. Es de esos nombres que, al oír, comprendes que son poderosos. Y no solo eso, sino que él no se detiene nunca hasta obtener lo que quiere y... ¿Qué se supone que quiere Lucas Keller? Fácil, me quiere a mí.
Al principio traté de convencerme de que no caería, que solo era un hombre más, solo que demasiado atractivo, pero... el destino pacta, y cuando tiene en mente algo, que alguien se apiade, porque así será.
Solo tengo una pequeña pregunta que me causa mucha curiosidad, será que en un mundo donde la traición, el deseo y la venganza son los que se encargan de manejar todo, ¿el amor tiene espacio alguno? Y... de ser así, ¿sobrevive? ¿Ese sentimiento que se supone que es tan puro, logra mantenerse a flote? O simplemente... ¿decae junto con todo lo perverso, uniéndose y manchándose en el paso?
Así que, cuando la sangre se derrama, su carmín mancha todo a su paso y bueno, de las lealtades, solo puedo decir que comienzan a fracturarse despiadadamente.