¿Alguna vez soñaste con despertar un día y descubrir que tenías superpoderes?
Poder volar y sentir el viento romperse contra tu rostro.
Trepar muros y balancearte como una araña entre los edificios de la ciudad.
Tener la fuerza de un titán, la velocidad de un rayo, disparar rayos laser desde tus ojos.
Muchos lograese destino desde su nacimiento; otros, por accidente; algunos son elegidos por fuerzas superiores... y unos pocos simplemente nacen con la fortuna de tenerlo todo, la riqueza para fabricarse su propio super traje.
Y aun así, todos ellos terminan en lo mismo: convertirse en superhéroes. Figuras que marcan la diferencia. Protectores de la justicia, la verdad y la esperanza. Los grandes. Como Omni-Man, Inmortal o los Guardianes del Globo.
Yo quería ser como ellos.
De niño, solía mirarme en el espejo e imaginarme a su lado, soñando con que algún día despertaría y descubriría que el poder también estaba en mí. Que yo también podía brillar como ellos.
Pero hay algo de lo que casi nadie te dice o bueno de lo que no muchos desean que sepas y es lo que ocurre cuando obtienes un poder que no puedes controlar.
En los cómics o en películas todo parece estar escrito para que la primera vez sea mágica, especia, como si el universo conspirara para que el despertar de un héroe sea un momento perfecto. Eso pasa al 99%.
Pero existe ese 1%.
Ese 1% en el que tus poderes aparecen en el peor momento posible, y sin querer terminas lastimando a las personas que más amas.
Este... es el fin?, luis venció a belos pero a que costó? Perdió a su maestra, sus amigos e incluso a su hermana.
Todo se ve perdido pero eso no va a detenerlo, ahora su misión será regresar a las islas hirvientes, salvar a sus amigos y a su hermana y pelear contra un nuevo enemigo.