Dime Cómo Hago ✓kuroo tetsurou

En los circuitos más prestigiosos de Artes Marciales Mixtas (MMA) de Japón, un nombre se pronuncia con respeto, temor y admiración: Kagetsu Rei. No era simplemente un competidor. Era una fuerza silenciosa, un estratega letal cuya fama cruzó fronteras, elevándose desde los dojos de Tokio hasta los octágonos clandestinos de Berlín, São Paulo y Nueva York.

Rei no hablaba antes de los combates. No sonreía en las conferencias. No celebraba sus victorias. Su presencia era suficiente. Vestía como si el combate fuera una ceremonia, y peleaba como si cada movimiento estuviera coreografiado por la luna misma..

A los 13 ya había vencido a campeones nacionales. A los 15, fue buscado por agencias internacionales, federaciones de combate, y cuerpos militares secretos que querían convertirlo en arma viviente. Pero Rei rechazó todas las ofertas.

Y luego, sin previo aviso... se retiró.

¿Quién hubiera imaginado que aquel prodigio invicto, el estratega silencioso que dominó los octágonos del mundo, terminaría como manager del equipo de voleibol de Karasuno?

Un equipo que, tras la era dorada del Pequeño Gigante, había caído en desgracia. Después de perder en los nacionales, Karasuno fue rebautizado por los medios como "los cuervos que no vuelan". Lo que alguna vez fue símbolo de vuelo y ferocidad, ahora era sinónimo de fracaso y olvido.

Y sin embargo, Kagetsu Rei estaba allí. No por redención. No por fama.
Estaba allí por una sola razón:
Para apoyar a quien él llama su sol... Hinata Shōyō.

Porque incluso la luna más fría necesita una estrella que la haga brillar.
Y aunque Rei había abandonado el combate, su instinto seguía despierto.
Observaba. Analizaba. Esperaba.
No como luchador.
Sino como el guardián silencioso de un nuevo vuelo.