Para Kaiser, la vida era simple: velocidad, peligro y el rugido salvaje de su motocicleta.
No había espacio para sentimientos, promesas o personas que pudieran frenarlo. La única relación que respetaba era la que tenía con su moto... y eso nunca había cambiado.
Hasta que apareció él.
Ness.
Un chico con cara de ángel y voz suave, pero con esa inocencia que lo provocaba de sobremanera. Desde el primer instante, Kaiser supo que Ness no pertenecía a su mundo... pero también supo que cuando Ness temblaba entre sus brazos mientras aceleraban a toda velocidad, Kaiser solo pensaba en hacerlo temblar de otra forma... en su cama, en el asiento de la moto, donde fuera.
Al principio fue un juego.
Un paseo en moto a medianoche, una mano que se desliza más de la cuenta, una risa que suena demasiado dulce mientras Ness se aferra a su espalda. Pero cuanto más lo provocaba con esa carita inocente, más oscuro se volvía el deseo de Kaiser.
Pronto, las carreras ilegales ya no eran lo más peligroso en su vida.
Lo peligroso era la manera en que Ness lo miraba, con esos ojos que parecían pedirle que acelerara... que lo llevara al límite.
Ahora Kaiser tiene un nuevo vicio, uno mucho más adictivo que la velocidad: el cuerpo, la risa y los gemidos ahogados de Ness.
Y, como cualquier adicto, no piensa compartir ni frenar.
Créditos al/a autor/a del hermoso fanart de portada 𖹭
Kaiser no esperaba que la remodelación de los dormitorios le cambiara la vida.
Un cuarto compartido, un espacio reducido y un compañero nuevo. ¿Qué tan difícil podía ser?
Lo que no imaginó fue encontrarse con él: un pelirosa de mirada fría, expresión tranquila y una indiferencia tan calculada que parecía diseñada para sacarlo de quicio. Ness no se intimida con sus sonrisas arrogantes ni con sus comentarios cargados de veneno, y eso para Kaiser... es como echarle gasolina al fuego.
Decide convertirlo en un reto:
"Voy a hacerlo perder la cabeza. Voy a hacerlo mirar solo hacia mí."
Lo que no esperaba era descubrir, día tras día, que el verdadero cazador empieza a sentirse cazado. Porque entre las peleas tontas, los silencios incómodos, los juegos pesados y las miradas que duran demasiado, Kaiser empieza a notar algo que no puede controlar:
Que todo lo que quiere, todo lo que le obsesiona, está escondido detrás de ese chico que parece inmune a su mundo.
Oh pobre Kaiser... no sabía que el que acabaría perdiendo la cabeza -y descubriendo nuevos fetiches- sería él.
Créditos al autor del hermoso fanart de la portada 𖹭.ᐟ