Algunas veces, los caminos que más cambian en rumbo de la vida no inician con una decisión, sino con adrenalina y un desprevenido impulso, un deseo inesperado.
Una noche cualquiera, entre libros, apuntes y cafés tibios, Camila Giordano encendió su consola como quien busca un refugio, no una oportunidad. En aquel mundo digital de motores rugientes, velocidades inalcanzables y pistas pixeladas, encontraba un descanso momentáneo de la rutina, del peso de sostenerse sola, del futuro incierto que solía parecerse más a una sombra acechante en lugar de una luz de esperanza.
Nunca soñó con la Fórmula 1. No coleccionaba autos a escala, ni mucho menos seguía religiosamente cada practica y carrera en horarios inhumanos a su parecer. Pero tenía reflejos afilados, una paciencia quirúrgica, y un talento que, sin saberlo, rozaba lo extraordinario.
Cuando Porsche anunció su incorporación a la Formula 1, la prensa se disparó, y aun más cuando la nueva escudería reveló un evento global para reclutar a un piloto de un modo poco convencional, con las mismas esperanzas que Nissan tuvo en el 2011 con Jann Mardenborough.
Se inscribió pura y exclusivamente por diversión, como quien lanza una botella al mar sin esperar respuesta.
Pero la marea, esta vez, trajo algo de vuelta.
El circuito dejó de ser un juego.
El rugido de los motores se volvió una nueva sinfonía. No eran solo autos, era un nuevo camino, una oportunidad de encontrar, y encontrarse a ella misma. Una oportunidad de resistir, de descubrir lo que ocurre al dejar de vivir al margen y expectativas de los demás, de dejar que la adrenalina recorra sus venas libremente.
En el momento final antes de su destrucción, Wanda Maximoff -la Bruja Escarlata- es arrastrada hacia un vacío más allá del tiempo y la forma. Perdida en el abismo de su culpa, una luz misteriosa la toca... y la devuelve. No a su mundo, sino a otro. Uno donde la magia es distinta. Donde la redención podría tomar forma: el mundo de Harry Potter.
Cuando una figura luminosa -una cierva- le muestra los recuerdos de un niño abandonado y maltratado por sus parientes, Wanda comprende su nuevo propósito: proteger al hijo de Lily Potter. Aunque no sabe por qué fue elegida, acepta el trato. A cambio de una oportunidad de redención, cuidará del pequeño Harry.
Pero Wanda no es una bruja común. Y este mundo no está preparado para ella. Desde el primer momento en Privet Drive, los Dursley sentirán que algo ha cambiado.
Con poder, determinación y una compasión creciente, Wanda enfrentará un nuevo destino. Porque esta vez... nadie tocará al niño sin enfrentarse a ella.
Después de todo, ¿quién mejor para proteger al Niño Que Vivió... que la mismísima Bruja Escarlata?
Nota del autor/a: Esta historia está libremente inspirada en la premisa inicial de Strange Potter, una obra que admiro profundamente y que fue una chispa creativa para desarrollar este proyecto. Aunque la trama, el desarrollo de los personajes y los eventos son completamente originales y distintos, considero justo reconocer esa inspiración inicial.
Asimismo, se trata de un fanfic sin fines de lucro que fusiona elementos de los universos de Marvel y Harry Potter, cuyos derechos pertenecen a sus respectivos creadores y propietarios (Marvel/Disney y J.K. Rowling). Esta obra está hecha con respeto y con la intención de rendir homenaje a estos mundos que tantas personas hemos disfrutado.