Dicen que el amor verdadero nunca muere, que aunque el tiempo y la distancia intenten borrarlo, siempre encuentra la forma de regresar. Joong y Dunk lo sabían bien. Lo habían vivido en carne propia: se amaron, se casaron, y también se destruyeron. Entre silencios, errores y culpas, lo que alguna vez parecía eterno se quebró, dejando cicatrices imposibles de ignorar.
Tres años pasaron desde aquella separación. Tres años en los que Dunk intentó convencerse de que podía vivir sin Joong, y Joong, de que había hecho lo correcto al dejarlo ir. Pero el destino -o tal vez la obstinación del corazón- tenía otros planes.
Un crucero, la boda de sus amigos y el destino que parecía reunirlos a la fuerza, Joong y Dunk volvieron a enfrentarse. No solo al pasado, sino a sí mismos. A los recuerdos, a la culpa, al miedo... y, sobre todo, a la esperanza de que quizás, esta vez, pudieran hacerlo bien.
Porque, aunque el amor nunca muere, lo difícil no es sentirlo: lo difícil es aprender a sostenerlo.
Perth y Santa, dos actores enamorados, enfrentan juntos los desafíos de la vida cotidiana y la distancia, fortaleciendo su amor. Con el apoyo de amigos y un adorable cachorro, su amor trasciende el tiempo, culminando en un reencuentro eterno más allá de la vida.