¿Tanto Te Costó Verme Como Yo Te Veía?

A veces el corazón se aferra a lo que los ojos quieren creer. Me aferré a sus gestos, a sus silencios, a esas señales que parecían tan ciertas, aunque nunca lo fueran. Fingí paciencia, me hice la tonta, y esperé... incluso cuando todos sabían que su camino iba hacia otra parte.

Esta es la historia de un amor que nunca fue correspondido, de las dudas que gritan más fuerte que las respuestas, y del dolor de descubrir que lo que soñé para mí, terminó siendo real para otra. Porque amar sin ser visto duele, pero aprender a mirarse a uno mismo... duele aún más.