Sentir demasiado nunca fue malo, simplemente ella nunca pudo confesar aquel sentimiento.
Su risa era gravedad, sus palabras eran una fuerza que la atraía aunque ella intentara escapar. Eran como dos estrellas brillando en la misma constelación.
Esta historia viene del deseo, de la ternura y de la inocencia de estar con alguien, viene del amor verdadero, de la pureza de entregarse con el alma y no recibir nada. Esto viene del dolor de enamorarse y no ser correspondido, viene de una historia con el corazón roto.