En pleno centro de Buenos Aires se encontraba Julieta, una adolescente de tan solo 17 años. En un primer tiempo estaba de novia con Ramiro, con quien pensaba derramar cada gota de su sangre por el. Su relación era todo de color de rosa, parecía perfecto. Hasta que un día la mejor amiga de Julieta había conquistado hasta ese entonces, "amor de su vida". Ella no llegó a recuperarse de aquella relación que desde un comienzo parecía un cuento de hadas había terminado todo derrumbándose ante sus pies, había entrado en depresión. Todo parecía tan oscuro, sus entonces "amigas" se habían alejado de ella, aislándola de todo y de todos, hasta que un un día, un hombre de 10 años mayor que ella la descubrió llorando en plena calle a luz del día. Julieta parecía estar enamorada de aquel hombre que la había ayudado a tratar de superar su depresión. Lo que ella no sabía es que Lucas, no era lo que aparentaba. Era un mujeriego, tenía una terrible debilidad hacia las jóvenes menores que el. Un día, Lucas decidió dejar a Julieta. Ella finalmente volvió a entrar en depresión, empezó a obsesionarse con cada movimiento que hacía el, no quería perder su amor. Empezó a auto-lesionarse para calmar su ira y sus angustias. No conforme con su cuerpo, no podía evitar vomitar al terminar cada comida. Ella simplemente quería sentirse bien, ser feliz. Aquella adolescente había empezado a ser más delgada y más delgada tan solo para tratar de que Lucas no se aleje, ya que mientras más delgadas eran las adolescentes, más le atraían a aquel hombre.