
Esto nunca formó parte del plan. Y Jinu lo sabía: estaba completamente jodido. Su corazón, un órgano inerte desde que se convirtió en lo que era, no debería latir, pero lo hacía. Sentía cada pulsación, fuerte y clara, como un tambor resonando en el silencio de su pecho. Y eso era lo más peligroso de todo, especialmente para un demonio de su calibre, un veterano temido en el mundo humano. La misión era simple, como todas las que le asignaban. Te había estado observando durante semanas. Para él, eras un enigma que no encajaba en ninguna de las categorías que conocía. No eras una cazadora. Eras... solo... diferente. Para el resto del mundo y para sus propios ojos, eras solo una persona común. Tímida, algo insegura y más callada de lo que la mayoría consideraba aceptable. Jinu se había burlado de la idea de que pudieras ser una amenaza. Sin embargo, su instinto, que pocas veces le fallaba, le decía que había algo más. Sentía algo diferente en ti. Algo que ni siquiera las cazadoras más audaces habían logrado despertar en él. Una curiosidad que se transformó en fascinación y, para su horror, en algo más. Era un sentimiento que creía erradicado de su ser. Un calor que se extendía por sus frías extremidades cada vez que te veía. ¿Entonces por qué? ¿Por qué tú, una humana tan común, eras la que lograba desarmarlo? ¿Por qué la misión más sencilla de su existencia se había convertido en el mayor desafío de su no vida? Por primera vez en siglos, Jinu no tenía el control. Y la causa eras tú.All Rights Reserved
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