Le besó su cuello con deseo, recorriendo con sus manos la cintura y espalda de ella. —Espera, Maxi —lo detiene apartándolo con las manos en su pecho—, no podemos... —No me importa... —Estamos servidos a Dios no podemos hacer esto. —Dijo la joven entrecortadamente por los besos sensuales de aquel cura en su cuello—. No puedo... hacer esto. No está bien. Basta. Él ignorando las suplicas de aquella chica siguió besándole el cuello y acariciándole la cintura de una manera demasiado excitante para ambos. — ¿Por qué me haces esto? —se quejó la joven monja mientras gemía de placer. —Porque te deseo —contestó apretándola más contra él. —Odio que puedas conmigo —murmuró dándole un excitante beso en la boca. —Estoy rompiendo tus reglas —se carcajeó con orgullo el joven cura y volvió a besar el cuello de la chica.
4 parts