
El tiempo era como agua entre sus dedos: por más que intentara retenerlo, siempre se desbordaba, cayendo sin remedio. Sabía que aquello iba a suceder. No había forma de luchar contra el reloj. Solo quedaba una opción: guardar cada instante a su lado como un tesoro. Una historia sobre el amor y lo inevitable. ¿Te animás a leerla?All Rights Reserved