30 días para conseguir un esposo
11 parts Ongoing - ¡A ver! ¡Somos ocho! -gritó con acento aún más fuerte que el habitual-. ¡Besitos o miedo, eh!
Todos lo miramos.
- ¿Qué? -preguntó Esteban, riendo.
- ¡Que cada uno elija a alguien para besar o son unos cobardes! ¡Vamos, que solo se vive una vez!
- Ay, por favor -dijo Pierre, pero con una sonrisita peligrosa en los labios.
Carlos rodó los ojos.
- Charles, baja.
- ¡No! ¡Que lo digo en serio! ¡A ver quién es Alfa y Omega con agallas! ¡Y si tienen miedo, lo admiten!
Hubo un silencio. Uno de esos llenos de electricidad.
Y entonces...
Lando se levantó.
- A ver, pues -dijo, caminando directo hacia Óscar-. Yo empiezo.
Óscar lo miró. Sobrísimo. Serio. Como siempre. Casi frío.
Pero Lando, coqueto hasta borracho, le agarró la cara entre las manos y lo besó. Suave, como probando. Una provocación.
Yo dejé de respirar.
Pensé que Óscar se apartaría. Que lo frenaría. Que haría lo que un hombre sobrio hace con un chico ebrio.
Pero no.
Óscar lo agarró de la cintura con calma, como si lo hubiera estado esperando todo el día, y lo besó de vuelta. Más profundo. Más decidido.
Y yo... Yo sentí que algo dentro mío se apagaba un poco.
A mi lado, Charles aplaudió.
- ¡Ole! ¡Así se hace!
Y antes de que pudiera decir otra cosa, saltó al cuello de Carlos y lo besó como si fuera el último beso de su vida.
Carlos no se resistió. Lo sostuvo por la espalda y le devolvió el beso como si llevara años esperando.