Instinto de Sombras
Tras la Cuarta Guerra Ninja, Konoha había encontrado la calma... al menos en apariencia. Pero para Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki, la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Desde la primera señal del celo de Sasuke, su instinto alfa lo llevó directo hacia su omega más cercano: Naruto. Lo que comenzó con miradas cargadas de tensión y deseo se convirtió en olas de pasión incontrolable, noches y días de nonstop que quemaban el bosque y la aldea con la intensidad de su unión.
Los demás de Konoha, desde Sakura hasta Shikamaru y Choji, fueron testigos impotentes de su fuego, resignándose a no interponerse mientras los dos creaban un lazo indestructible, intenso y absolutamente suyo.
Cuando la noche daba paso al amanecer, exhaustos pero felices, Sasuke y Naruto se abrazaban, con marcas en la piel, jadeos compartidos y corazones latiendo al unísono.
Primer roce lunar: La luna los iluminó, Sasuke reclamando a Naruto por primera vez, beso cargado de tensión y deseo.
Noche interminable: Jadeos, embestidas y mordidas sin fin en el bosque, fusionando instinto alfa y entrega total del omega.
Amanecer de pasión: Exhaustos y marcados, abrazados bajo la primera luz, susurrándose "siempre mío".
Gogo diurno: Sasuke no podía contener sus celos, reclamando a Naruto en plena luz del día.
Marcas de posesión: Besos urgentes, mordidas y caricias que dejaban pruebas visibles de su vínculo intenso.
Celos juguetones: Naruto provocando al alfa con risas y gestos, mientras Sasuke lo atrapaba sin piedad.
Nonstop: Día y noche fusionados en olas de deseo y posesión absoluta, sin tregua ni descanso.
Ternura post-celo: Abrazos suaves, risas y miradas cómplices, demostrando que su vínculo no era solo deseo, sino amor.
Unión definitiva: Bajo el sol de Konoha, abrazados, riendo, mordiendo y jugando, Alfa y Omega
Un borrador que olvide que tenía
Publicado: 18/09/2025
En el momento final antes de su destrucción, Wanda Maximoff -la Bruja Escarlata- es arrastrada hacia un vacío más allá del tiempo y la forma. Perdida en el abismo de su culpa, una luz misteriosa la toca... y la devuelve. No a su mundo, sino a otro. Uno donde la magia es distinta. Donde la redención podría tomar forma: el mundo de Harry Potter.
Cuando una figura luminosa -una cierva- le muestra los recuerdos de un niño abandonado y maltratado por sus parientes, Wanda comprende su nuevo propósito: proteger al hijo de Lily Potter. Aunque no sabe por qué fue elegida, acepta el trato. A cambio de una oportunidad de redención, cuidará del pequeño Harry.
Pero Wanda no es una bruja común. Y este mundo no está preparado para ella. Desde el primer momento en Privet Drive, los Dursley sentirán que algo ha cambiado.
Con poder, determinación y una compasión creciente, Wanda enfrentará un nuevo destino. Porque esta vez... nadie tocará al niño sin enfrentarse a ella.
Después de todo, ¿quién mejor para proteger al Niño Que Vivió... que la mismísima Bruja Escarlata?
Nota del autor/a: Esta historia está libremente inspirada en la premisa inicial de Strange Potter, una obra que admiro profundamente y que fue una chispa creativa para desarrollar este proyecto. Aunque la trama, el desarrollo de los personajes y los eventos son completamente originales y distintos, considero justo reconocer esa inspiración inicial.
Asimismo, se trata de un fanfic sin fines de lucro que fusiona elementos de los universos de Marvel y Harry Potter, cuyos derechos pertenecen a sus respectivos creadores y propietarios (Marvel/Disney y J.K. Rowling). Esta obra está hecha con respeto y con la intención de rendir homenaje a estos mundos que tantas personas hemos disfrutado.