La teoría de los cuerpos celestes

Minatozaki Sana cree que todo está escrito en las estrellas.
Son mapas luminosos que guían a las personas, constelaciones que susurran historias de amor y destino.

Son Chaeyoung piensa lo contrario.
Para ella, el universo no dicta nada: somos nosotros quienes trazamos las líneas con nuestras decisiones, como pinceladas en un lienzo en blanco.

Un encuentro casual en un observatorio bajo la constelación de Orión las une por primera vez. Lo que parecía una simple coincidencia se convierte en el inicio de un viaje inesperado: entre murales y telescopios, entre cuadernos de bocetos y diarios estelares, dos mundos opuestos comienzan a rozarse.

Cada constelación se convierte en testigo de lo que sienten, de lo que niegan y de lo que aprenden la una de la otra.
Porque quizás el amor no esté del todo escrito en las estrellas... ni tampoco del todo en nuestras manos. Quizás sea algo entre ambos: un universo nuevo que solo nace cuando dos miradas se encuentran.