Eugene nunca imaginó que los misteriosos pasillos de Nunca Más no solo lo envolverían en enigmas sobrenaturales, sino también en una red de emociones que jamás pensó experimentar. Entre sus colmenas y el eco de los secretos que rondan la academia, comienza a notar algo imposible de ignorar: la obsesión de Pericles Addams hacia él.
Al principio lo confunde, luego lo inquieta... hasta que se da cuenta de que lo que siente no es miedo, sino atracción. Pericles no conoce de límites ni de afectos ligeros; su amor es posesivo, oscuro y eterno. Y Eugene, contra todo pronóstico, se descubre fascinado por esa intensidad que amenaza con consumirlos a ambos.
Entre la dulzura de su inocencia y la tenebrosa devoción de un Addams, Eugene deberá decidir si se deja arrastrar por un amor que no conoce salida... o si lucha contra una oscuridad que, en el fondo, ya lo seduce.
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¿Alguna vez te ha pasado que una gran ola de emociones golpea tu cuerpo, logrando que no puedas controlar estas? ¿Tanto al punto que eres capaz de evitar explotar y hacerlas notar?
Dicen que no hay emoción más fuerte que el enojo o la tristeza.¿Pero qué surge cuando se mezclan estas dos?