Los Más Fuertes

El Don que heredé de mi madre tardó en aparecer, eso me trajo burlas durante años, incluso llegué a creer que nunca despertaría.

Perdí la esperanza de ser un héroe.

A los catorce años conocí a Eraserhead. Le pregunté si alguien sin un aparente Don podía ser un héroe, él dudó por unos segundos, llegué a pensar en una respuesta negativa, pero hizo algo que nunca creí verlo hacer.

Sonrió.

Me respondió que sí, solo que sería peligroso para alguien sin Don.

Antes de que se fuera hice la petición más arriesgada que pude hacerle a alguien cómo él, le pedí que me entrenara.

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Desde pequeño me llenaron la cabeza con alabanzas sobre mi Don. "Tú serás el número uno en todo" decían, "Nadie merece la grandeza tanto como tú" decían.

Joder, incluso mis padres lo decían, y yo me lo creí.

Insulté a muchos, intimidé a otros más. No merecía llamarme héroe, un héroe no debería lastimar a los inocentes, pero todos me lo perdonaban por ser la promesa de mi generación.

El que más sufrió fue alguien al que yo llamé amigo, al que también llamé inútil solo por tardarse en despertar su propio poder.

Izuku, perdóname.

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Desde mi nacimiento me dijeron que tendría un destino grandioso, pero el camino se volvió tan torbulento que nunca lo sentí así.

Endeavor no quería que me "distrajera" con mis hermanos, que debía estar en el gimnasio para volverme el número uno en el ranking de héroes.

Mierda, solo era un niño con el sueño de ser un héroe, pero él lo destruyó al interponer su necesidad de poder. Y yo quería desafiarlo a cada momento, incluso cerré mi corazón para no formar lazos.

Eso fue hasta que conocí a Midoriya.

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Historia que se me ocurrió en una conferencia del INEGI.

Portada encontrada en Google, créditos para el o la autora.

Créditos por todas las imágenes utilizadas.

Todos los personajes le perte