27 parts Complete MatureSiempre fui una buena persona. O al menos eso creía.
Crecí rodeada de risas, con un grupo que sentía como una extensión de mi familia. Éramos inseparables. Las veredas de la cuadra, los ladridos de los perros, los secretos compartidos al atardecer... todo nos pertenecía. El barrio no era solo un lugar: era nuestro universo, y nosotros, su centro.
Teníamos códigos. Reglas que, para nosotros, eran ley. Una traición significaba el fin. Quien rompiera el pacto, se quedaba solo. Sin embargo, con el tiempo, todos terminamos traicionándonos. A nosotros mismos. A los demás.
Y así, sin darnos cuenta, dejamos que el fuego de nuestra amistad se apagara... o peor aún, lo avivamos hasta que se consumió por completo.
Nos volvimos unos malditos rebeldes. Unos extraños con recuerdos en común. Fuimos amigos, sí. Enemigos, también. Algunos fuimos aliados temporales, otros amantes bajo la confusión del dolor.
Pero hoy, ya no queda nada de eso.
Solo quedan historias. Heridas. Y un silencio que se pasea por la cuadra como un fantasma que nadie quiere ver.
Esta es la historia de lo que pasó con ese grupo que alguna vez juró no separarse. La historia de cómo la cuadra se apagó.
De cómo el amor, la rabia, los celos, la tristeza y la culpa nos arrancaron pedazos.
¿Por qué no te quedas conmigo mientras te lo cuento?
Prometo no endulzar nada.
Prometo que cada palabra viene desde el lugar donde todo se rompió.
Así que tú, querido lector, siéntate junto a mí.
Escucha con atención.
Esto ocurrió no hace mucho tiempo, pero el eco de lo que fuimos todavía resuena en estas calles.