Dicen que el destino une lo que la vida separa...
pero a veces, el amor nace justo donde nunca debió existir.
El apellido Chankimha lo significa todo en Tailandia: poder, lujo y una empresa que domina el mundo de la tecnología.
Y al centro de ese universo está Freen, la heredera que nunca escuchó un "no", que juega con corazones como si fueran trofeos y que observa desde su pedestal a todo aquel que no pertenece a su mundo.
Muy lejos de esos lujos, Rebecca Armstrong aprendió que los sueños se conquistan con esfuerzo.
Hija de campesinos, su mayor orgullo es la beca que le abre las puertas de la universidad más prestigiosa del país, donde el dinero dicta las reglas... y ella no encaja.
Cuando la heredera y la becada se encuentran, el destino estalla.
Arrogancia contra dignidad.
Orgullo contra sacrificio.
Dos mundos destinados a repelerse... y, sin embargo, a atraerse como un imán imposible de romper.
Pero el destino no juega limpio.
Años después, Rebecca regresará con una niña de cuatro años llamada Sassa, y Freen descubrirá que lo que comenzó como un simple juego puede convertirse en el desafío más grande de su vida.
Porque entre el poder y la humildad, entre la élite y la beca...
el corazón siempre decide.
¿Qué pasaría si le digo que me gusta? ¿Qué pasaría si un día por fin soy valiente y me paro enfrente de su casa y le digo que desde la primera vez que la vi puso mi mundo de cabeza? ¿Qué pasaría si por un momento desafió las leyes de la física y le digo con el corazón en la mano que me enamoré de ella?
¿Cómo pasó? Ni yo misma lo sé pero ya dejé de buscarle significado a las cosas que no puedo entender y es que la única certeza que tengo es que no había manera de que algo así no sucediera. Ella es de esas personas que hacen que detengas tu andar sólo para verla flotar en medio de la marea de gente, ella es de esas personas que contienen un universo en la mirada, ella es de esas personas que puede hacerte reír aunque hayas tenido un mal día, puedo quedarme mirando el techo mientras toca su guitarra e imagino que en realidad toca mi cuerpo, ella es tan bonita que eclipsaría cualquier obra de arte.
Alguna vez quizás sea lo suficientemente valiente para decirle que no sé cómo es que sucedió pero me enamoré de ella y quizás tenga suficiente suerte para que ella me confiese que también se ha enamorado de mí... pero sé que esas cosas sólo pasan en los libros o películas y yo soy cobarde, tan cobarde que prefiero verla salir con una y con otra, sonreír aunque tenga ganas de llorar, soy tan cobarde que prefiero seguir fingiendo que es mi mejor amiga antes de arruinar nuestra amistad.
Pero a veces el destino tiene otros planes, a veces recibes un empujón y tienes que saltar al vacío en un acto de fe... espero no romperme el corazón al caer.