En la universidad, Allen y Jya eran apenas dos figuras cruzándose entre pasillos, cada uno habitando su propio mundo: él detrás del lente, ella detrás del papel. Sus caminos parecían paralelos hasta que una galería los obligó a encontrarse. Desde entonces, la distancia se volvió imposible.
Lo suyo nació sin prisa, como un dibujo que se perfila o una fotografía que espera la luz perfecta. Una amistad cómplice que, con el tiempo, empezó a desbordar los límites que ellos mismos intentaban imponer. Confesarse lo que sentían no fue un inicio, sino el comienzo de algo más complejo: la certeza de que el amor, tan brillante, también puede oscurecerse.
Entre risas y silencios, mareas tranquilas y tormentas inesperadas, su historia se convirtió en un lienzo marcado por pruebas y heridas, por la belleza y el peso de elegir a alguien incluso cuando todo parece en contra.
Un relato sobre dos almas que descubren que amar no siempre es sencillo, pero que a veces vale la pena desafiar al mundo entero por no perder aquello que los hace sentir vivos.