Se cuenta en las crónicas olvidadas, que hace dos mil años el mundo ardió en un fuego eterno.
Elfos de linaje inmortal, dragones de alas infinitas, dioses que caminaban entre mortales, humanos con magia poderosa... y sombras innombrables nacidas de la oscuridad más pura.
Todos se alzaron en la terrible Guerra de las Razas.
Los mares se tiñeron de rojo, las montañas se abrieron con rugidos de fuego, y el cielo mismo se quebró bajo el peso de la batalla.
Cuando la guerra terminó, solo los humanos quedaron en pie.
No como héroes.
No como vencedores.
Sino como supervivientes de un mundo hecho cenizas.
Desde aquel día, doce reinos gobiernan a la humanidad, sosteniendo con manos temblorosas una paz que nunca ha sido verdadera.
Los dragones fueron declarados extinguidos, aunque en las noches algunos juran ver su silueta desgarrando las nubes.
De los dioses nada queda, salvo rumores de hijos ilegítimos: semidioses escondidos entre los mortales.
Y los elfos... desaparecieron, como si hubiesen sido devorados por el mismo tiempo.
Más las leyendas no mueren.
Se ocultan. Se arrastran. Esperan.
Y ahora, cuatro nombres resuenan en medio del silencio: Giyuu, Nezuko, Tanjiro y Douma.
Sus destinos se enlazarán en un juego de sangre y sombras, donde la verdad prohibida saldrá a la luz...
y el eco de la guerra volverá a despertar.
Porque lo que duerme en la oscuridad... siempre reclama volver.
A veces al destino le gusta jugar. Y mientras un evento se desarrolla en un lugar, a solo kilómetros sucede algo más.
Al destino le gusta jugar con sus hilos, pero estos mismos tienden a entrelazarse entre sí, a tal grado que suelen confundirse entre ellos.
Pero al final, cuando el hilo del destino es tensado, todos vuelven al lugar que corresponde.
Y así sucedió en esta historia.
⚜️
Esta historia está basada en las películas de Narnia.
NO me pertenecen ninguno de los personajes de de las películas de C. S. Lewis. Solo tengo los derechos de los personajes y situaciones inventadas por mi.