El ring de la WWE es un campo de batalla, pero también un escenario donde nacen amistades, rivalidades y, a veces, sentimientos que desafían la lógica y las convenciones. Rhea Ripley e Iyo Sky, dos guerreras formidables, se encuentran en la encrucijada de la admiración mutua y una atracción que podría cambiarlo todo.
Desde la perspectiva de Rhea, Iyo es un enigma cautivador. "Siempre la he visto como algo especial", piensa Rhea mientras observa a Iyo entrenar en el gimnasio. "Su agilidad, su precisión... es como si bailara en el ring, pero cada paso es un golpe mortal". Rhea admira la capacidad de Iyo para desafiar la gravedad, su Moonsault perfecto y su Over the Moonsault que la dejan sin aliento. Pero es más que simple admiración profesional.
Desde la perspectiva de Iyo, Rhea es una fuerza de la naturaleza, una tormenta perfecta de poder y carisma. "Siempre la he admirado", piensa Iyo mientras observa a Rhea dominar a sus oponentes en el ring. "Su fuerza, su determinación... es como si nada pudiera detenerla". Iyo admira la capacidad de Rhea para intimidar a sus rivales con una sola mirada, su Riptide devastador y su Prism Trap que te hace sentir el dolor a través de la pantalla. Pero es más que simple respeto profesional.
En el mundo de la lucha libre, donde las emociones son amplificadas y las relaciones son puestas a prueba constantemente, Rhea e Iyo se encuentran en una encrucijada. ¿Podrán superar sus miedos y explorar la conexión que sienten? ¿O la presión de sus carreras y las expectativas de los demás las obligarán a reprimir sus verdaderos sentimientos? El tiempo dirá si su admiración mutua florecerá en algo más, o si se convertirá en una tragedia en el ring.
Sana Minatozaki es un amor de chica. Es divertida, carismática amable y generosa. Simplemente la mejor persona que jamás habrás conocido, pero Sana esconde un oscuro secreto y que podría perturbar a cualquiera.
Nadie conoce a sus padres o a su familia. Ella vive sola pero eso no es lo extraño, lo extraño es que nunca sale de su casa y no es bueno que alguien entre, mucho menos a su cuarto de juegos.