Hace seis millones de años, el mundo no estaba dividido. Kage'ō, un demonio de las sombras venerado por su dominio sobre la oscuridad, era un general leal al Primer Rey Demonio, un ser noble que soñaba con la paz entre demonios y humanos. Las aldeas mixtas florecían bajo un cielo compartido.
Pero la paz era frágil. Kurotoki, un demonio de una raza rara y antiguo consejero, dominaba el espacio-tiempo y la mente. Con un hechizo psíquico, doblegó la voluntad del Primer Rey, forzándolo a ordenar la masacre de los humanos.
Kage'ō luchó. "¡No por esto construimos el reino, Kurotoki!" gritó, enfrentando al traidor. La batalla fue épica, pero el control de Kurotoki sobre el tiempo era absoluto. Kage'ō fue derrotado, su cuerpo mortalmente herido.
Antes de la muerte total, Kage'ō usó su último aliento. Se disolvió en una esencia de alma pura, una sombra incorpórea, jurando que regresaría cuando encontrara un alma huésped lo suficientemente fuerte para albergar su poder y vengar la traición. Su existencia se convertiría en una vela parpadeante, sostenida por la vida de otro.