Suspiré por quinta vez en los últimos treinta minutos, ¿Qué hacía un adolescente de dieciséis años “invocando” a un espectro que probablemente no existe? “La casa debe estar completamente vacía, tú serás la excepción” “Debes dejar la puerta entreabierta, a unos quince centímetros estará bien. Aumentarás su curiosidad” “Debes sentarte a un metro de la puerta, él se acercará a ti y te examinará. Recuerda, no abras los ojos hasta que se vaya” “Deja que se vaya. No corras tras él, podrías alcanzarlo” “Tal vez, si cumples todas las reglas, te deje un regalo. Suerte” Pues por mero aburrimiento.