Ojos de invierno, corazón de verano (Shoto Todoroki)

La primera vez que Haruka cruzó las puertas de U.A., nadie pudo ignorarla. Su belleza era hipnotizante, casi peligrosa, y sus ojos guardaban la calma de un río profundo... y la fatiga de quienes han cargado con más de lo que deberían. Su don, extraordinario y letal, podía controlar cualquier cosa que estuviera en su rango, viva o inerte, pero lo que realmente la hacía temible era su inteligencia , su mente estratégica y esa fuerza silenciosa que no necesitaba demostraciones.

Shoto Todoroki la observaba con esa mezcla de curiosidad y admiración que solo él sabía disimular. Y, como si el universo tuviera sentido del humor, Endevor apareció en el momento más inoportuno:

-Ah, Shoto... ¿ya le pediste que se case contigo? -dijo el héroe señalando a Haruka, con una sonrisa torcida y con claras intenciones de molestar a su hijo-. Sería un buen matrimonio, ¿no crees?

Shoto lo fulminó con la mirada para después huir de su padre.

Más tarde, Haruka sola con Aizawa en la sala de profesores, sintió cómo su padre adoptivo cambiaba de calma a alerta en un instante, al notar la mirada de su hija en ese joven Todoroki.

-Ves mucho a ese chico -dijo con voz tranquila, pero sus ojos brillaban con un leve destello de celos-. ¿Y esa sonrisa que traes? ¿Ya te hizo algún... Shoto-truco encantador?

-Solo hablamos, nada más.-Haruka respondió calmada, aunque sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor- papá... no digas cosas vergonzosas, por favor.

-Hmm... -Aizawa suspiró, cruzando los brazos-. Bueno, solo recuerda que yo también puedo hacer trucos, pero los míos no te van a gustar. Quitarte tu mesada, por ejemplo. - Se detuvo un momento para pensar en como podría molestar a su hija y tal vez avergonzar un poco a la menor, no lo admitiría pero le encantaba hacerlo.- Ya sé todos los trucos de los chicos... y mi hermano también los sabía, por eso naciste tú. Al final del día, es hombre, así que no confíes en ellos.