𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢ó𝐧 𝐭𝐞𝐱𝐭𝐮𝐚𝐥

Angie nunca pensó que un simple encuentro virtual cambiaría el rumbo de su vida.
Moisés apareció como un chico distinto: incomprendido, tímido, lleno de silencios y confesiones que nadie más parecía querer escuchar. En él, Angie encontró un reflejo de sus propias soledades, y poco a poco se fue enredando en una relación marcada por la ternura y la incomodidad.

Lo que comenzó como compañía se transformó en obsesión.
Moisés no pedía amor, exigía dependencia. Sus mensajes eran un vaivén entre la dulzura y el frío, entre el ruego desesperado y la distancia hiriente. Angie, atrapada entre compasión y miedo, no podía apartarse de él, aunque sabía que algo en esa conexión era tóxico, incluso peligroso.

Cuando finalmente deciden verse en persona, la realidad rompe todas las ilusiones. Moisés no era exactamente el chico del chat: en su mirada se escondía un cansancio infinito, una tristeza que lo volvía humano, pero también un abismo que lo hacía impredecible. Lo que parecía un reencuentro de redención se convierte en una pesadilla que dejará cicatrices en Angie para siempre.

Entre lágrimas, obsesión y silencios rotos, esta es una historia sobre los límites difusos entre la empatía y la dependencia, entre el amor y la destrucción.
Una historia donde lo virtual y lo real chocan con consecuencias irreversibles.