Mi deseo con esta nueva historia sobre el pesonaje de Marta De La Reina es que deje de sufrir por ese amor que un día la abondono por culpa de la manipulación y la ignorancia... Quiero que Marta desee volver a amar, a creer, a vivir... que vuelva a reír hasta que todo se cumpla.
Marta De La Reina ya no escribe, ya no pinta, ya no ríe. Desde que Fina se fue -dejándole solo una carta y un "debes seguir sin mí"-, su mundo se detuvo. La tristeza se le hizo costumbre, la rabia su segunda piel y la nostalgia, un fantasma que duerme a su lado.
Un año entero ha pasado y nada parece revivirla... hasta que sus inseparables amigas, Luz y Begoña, deciden arrastrarla fuera de su encierro, con la excusa perfecta: una noche de copas, risas y olvido.
Pero en medio del bullicio del bar, entre luces bajas y canciones que hablan de despedidas, Marta ve unos ojos. Dos destellos que la detienen el alma.
Esa mirada la atraviesa, la eleva y la lanza de nuevo al abismo.
No sabe de quién son, pero algo en su pecho lo grita: ha vuelto a sentir.
Entre la culpa y la esperanza, Marta descubrirá que los ojos pueden mentir... o decir lo que el corazón no se atreve a pronunciar.
Y que a veces, amar no es volver a mirar atrás, sino aprender a hacerlo sin miedo.
después de muchos avatares y sufrimiento, Marta y Fina se encuentran, y desde el primer momento se produce un encuentro de dos almas que estaban perdidas, o quizá destinadas a encontrarse