El viajero interdimensional

Ruben Gonzalez era un joven mexicano común, cuyo mayor escape de una vida gris eran los vibrantes mundos del anime. Una trágica y absurda muerte le impone un nuevo comienzo en el universo más peligroso que podía imaginar: Dragon Ball Z. Renacido como un humano corriente, sin un ápice de sangre Saiyajin, se encuentra atrapado en un planeta que es el epicentro de batallas cósmicas capaces de borrar galaxias. Sabiendo que su mera existencia pende de un hilo, la desesperación se convierte en su única compañera.

Sin embargo, un destello de esperanza nace de la misma esencia de su naturaleza dimensional. Ruben descubre una habilidad única: puede percibir y atravesar "Umbrales", portales hacia las mismas dimensiones anime que una vez admiró desde la pantalla. Este poder, el "Caminante de Umbrales", no tiene límites predefinidos, permitiéndole saltar a mundos donde la magia, las técnicas marciales esotéricas y sistemas de energía alternativos son la norma.

Con un pie en la apocalíptica realidad de Dragon Ball y el otro en universos infinitos, Ruben inicia una odisea desesperada. Su primer objetivo es claro: sobrevivir. Buscará maestros, artes prohibidas y secretos de poder que los héroes y villanos de su mundo natal ni siquiera pueden concebir. Pero su corazón alberga un segundo anhelo, tan impulsivo como el primero: encontrar consuelo y pasión en los brazos de las mujeres notables que pueblan estos mundos. Para su sorpresa, cada vínculo genuino que forja, cada lazo de afecto y amor que nutre, no solo calma su soledad, sino que se manifiesta como un poder tangible, incrementando su fuerza, velocidad y energía vital de un modo que ningún entrenamiento convencional en Dragon Ball podría lograr.