Dicen que la luz no arde. Que es cálida, pura. Que guía sin herir. Que es la esperanza, la salvación, la antorcha dentro de la cueva oscura.
Pero donde nadie lo espera, incluso el sol tiene cicatrices...
---
En el Reino de la Luz, donde los dioses dictan leyes y los ángeles vigilan desde lo alto, nacen dos hermanos bajo la promesa de un destino radiante. Eryndor, el portador de la corona, con un corazón inquebrantable; y Lucien, el Guerrero de la Luz, marcado desde la infancia por visiones y cicatrices que hablan en silencio. Ambos se aferran al único vínculo que poseen: el uno al otro.
Pero mientras Lucien brilla en nombre del deber, su alma se desgasta en la sombra. Solo su hermano puede comprender el dolor detrás de su sonrisa, el mensaje oculto en la cicatriz de la palma izquierda. Nadie más puede oír las voces.
**Nadie más ve...cómo la luz también puede quemar.**
Mientras tanto, Eryndor cumple con su obligación, pero nadie percibe la profunda preocupación que lo consume. De niño había hecho una promesa breve, pero desconocía el peso real de sus palabras.
**No pensaba...cómo proteger también puede doler.**
Al otro lado del reino, un joven exiliado recorre la tierra con fuego en su alma. Kael, el "enemigo", cuya llama responde a la furia de un corazón traicionado por quienes lo llamaron prodigio. Expulsado por el miedo, por la destrucción que no quiso causar.
**Pero si todos lo llaman monstruo...entonces eso será.**
Tres caminos trazados por el poder, el amor y la pérdida. Tres almas entrelazadas por una profecía que aún no comprenden. Una de la que nadie predijo. Y una amenaza que podría consumir hasta la última chispa de esperanza...
Para qué quieres estar conmigo si sabes que no puedo verte?. Preguntó agachando la cabeza.
Tienes razón, no puedes verme, pero si tienes algo mucho más especial que poder ver, tienes el poder de sentir; sentir mis manos cuando acarician tu piel, sentir esas mariposas en el estómago cada vez que estoy cerca, sentir la hermosa sensación de tus labios con los míos y sentir cómo late mi corazón cada vez que estamos juntos. Por favor dame la oportunidad de amarte. Pedí, mas lo que yo no sabía, era lo difícil que sería consagrar nuestro amor, por el simple hecho de que habían muchas personas en nuestra contra, porque todos sabemos querer pero poco sabemos amar.