29 parts Ongoing MatureEn este mundo, los alfas y los omegas eran los bendecidos por la Madre Luna. Su existencia estaba escrita en las estrellas, su unión celebrada como sagrada, sin importar si eran hombres o mujeres. Pero los betas... los betas eran solo la gente común, aquellos que no tenían un destino predeterminado ni un propósito divino. Y peor aún, si un beta era homosexual, el juicio caía sobre ellos con una furia silenciosa pero devastadora.
Si un omega varón encontraba el amor en otro hombre, nadie cuestionaba su derecho a existir, porque la Madre Luna solo unía a alfas y omegas. Pero dos betas juntos, sin la posibilidad de concebir, sin la bendición de un vínculo sagrado, eran vistos como un error. Miradas cargadas de desprecio los seguían en cada paso, susurros llenos de veneno se deslizaban entre la multitud. No eran considerados parte del orden natural. No importaba cuánto amor existiera entre ellos, cuánto desearan ser aceptados; para la sociedad, su existencia era una aberración.
Porque ser homosexual y beta no era solo un pecado no dicho, era una condena. Una marca invisible que los relegaba a la oscuridad, al desprecio, al asco. No eran bendecidos. No eran dignos. Eran los olvidados, los que nunca deberían haber existido.