En la Inglaterra eduardiana, donde las apariencias ocultan pasiones prohibidas, la joven restauradora Eloise Hartleigh posee un don aterrador: su cuerpo manifiesta físicamente las emociones impregnadas en los objetos que toca. Cada cicatriz histórica, cada susurro de pasión olvidada, se graba en su piel como un eco viviente. Cuando el enigmatico Julian Blackwood la contrata para restaurar los frescos de su mansión en los páramos de Yorkshire, Eloise se ve arrastrada a un mundo de sensualidad opresiva y terror elegante. Blackwood Manor no es solo una casa, sino un organismo vivo que respira los ecos de una obsesión mortal. Julian, un viudo atormentado y magnético, resulta ser un "cartógrafo de la experiencia humana" obsesionado con preservar emociones extremas.
Pero la difunta esposa de Julian, Seraphina, no es un fantasma común. Es un eco cognitivo, un parásito psíquico de lujuria y venganza que ha fusionado su esencia con la mismísima mansión. Mientras Eloise trabaja, descubre que su cuerpo se ha convertido en el campo de batalla donde Julian y Seraphina libran una guerra de posesión. Moretones que florecen como recuerdos de caricias ajenas, heridas que se abren como flores de éxtasis y dolor, y una sensualidad que raya en el terror, la obligan a cuestionar su propia cordura.
Atrapada en un triángulo perverso entre el magnetismo hipnótico de Julian y la posesión ectoplásmica de Seraphina, Eloise deberá decidir si huir de la mansión que promete destruirla, o sumergirse en sus profundidades para descubrir si el amor que redime y el que condena son, en realidad, la misma cosa. Nexo Sanguíneo es una inmersión en los abismos del deseo y el horror, donde el placer y el dolor se funden en una experiencia catártica, y donde las cicatrices más profundas no están en la piel, sino en el alma.