Enzo acaba de mudarse a Buenos Aires. Nuevo colegio, nueva vida, mismo miedo de siempre: los alfas.
Tierno, responsable y con el corazón más frágil que una hoja, solo quiere pasar su último año tranquilo junto a su mejor amigo Licha.
Pero el destino -y una lista de clases inesperada- tienen otros planes.
Fidel, el alfa repetidor que vive con el celular pegado a la mano, no cree en los "omegas tranquilos". Rebelde, sarcástico y con un pasado que ni él quiere recordar, no esperaba que el chico nuevo lo descolocara con solo una mirada nerviosa.
Dos polos opuestos, una escuela que parece un campo de batalla hormonal, y un lazo que empieza con roces... pero podría terminar en algo mucho más profundo.