Traicionar a un amigo, o al menos creer que lo has hecho, es una de las experiencias más dolorosas dentro de una amistad. En un grupo, donde la confianza y el apoyo mutuo deberían ser el lazo más fuerte, un simple error puede cambiarlo todo.
A veces no hay una verdadera traición, sino un malentendido: una palabra mal dicha, una acción mal interpretada o un rumor que se esparce sin pensar. El grupo, cegado por la duda o el enojo, puede señalar a uno de los suyos, apartarlo, hacerlo sentir culpable de algo que nunca ocurrió.
Y cuando la verdad finalmente sale a la luz -cuando se descubre que la "traición" fue una mentira o un error- ya nada vuelve a ser igual. El daño está hecho. La confianza se resquebraja, el ambiente se enfría y ese amigo, aunque inocente, ya ha sentido el peso del rechazo.
por que digo todo esto, por que esta historia narra sobre esto y mucho mas así que bienvenido a esta historia.