Dicen que hay personas que no importa cuánto tiempo pase, ni cuántas vidas cambien, siempre vuelven a cruzarse.
Lucrecia nunca pensó que ese sería su caso. Después de todo, había aprendido a vivir sin mirar atrás, a respirar sin su voz, a entender que algunas historias simplemente no están destinadas a tener un final feliz.
Pero el destino, caprichoso como siempre, tenía otros planes.
Un correo, una invitación, un nombre: Summer Kamp 2025.
Y, de pronto, todo lo que había intentado dejar atrás volvió con una sola idea: él también estaría ahí.
El corazón, ese traidor, volvió a latir distinto.
Porque hay amores que no se olvidan, solo esperan su momento para volver.
Y el de ellos... nunca terminó.