En un mundo donde el amor parece un lujo y los sentimientos son una debilidad, ella, una joven con un corazón lleno de cicatrices, se ve obligada a casarse con un hombre que apenas conoce... un hombre que una vez fue su héroe, pero que ahora es su verdugo silencioso.
Él, un poderoso CEO marcado por la pérdida de su esposa, vive atrapado entre la culpa y el deber. Cuando acepta un matrimonio por contrato arreglado por su madre -sin saber que la novia es la misma mujer a la que rescató días atrás-, su mundo se tambalea. Pero nada lo prepara para verla caminar hacia él con el vestido de su esposa fallecida, un recuerdo prohibido que enciende su furia y despierta un deseo que creía muerto.
Entre ellos nace una relación compleja, donde la pasión y la tristeza se entrelazan en cada palabra, en cada roce contenido. Él impone reglas: un contrato anual, sin amor, sin promesas, con los embriones congelados de su difunta esposa como parte de un futuro ya escrito.
Pero ella no está dispuesta a ser solo una sombra en su vida. Poco a poco, su ternura, su carácter y su fuerza comienzan a romper las murallas de hielo que lo mantienen prisionero del pasado.
La vida de Alexander da un giro luego de la muerte de su padre. Con tan solo veinticuatro años, debe asumir como jefe de una de las mafias más sangrientas del mundo. De carácter firme, seguro y con un corazón noble se ve envuelto en un oscuro secreto que amenaza con sumirlo en la oscuridad. Oscuridad que le cuesta aquello que más ama, su legado.
Y es que cuando se pierde una parte del alma, no hay retorno.