
El cuartel general se sentía extrañamente silencioso. Ya no se oía el chiste oportuno, la risa contagiosa, esa energía vibrante que Kid Flash solía inyectar en cada rincón. Su ausencia era un hueco palpable, una silla vacía que gritaba su nombre. Al principio, la preocupación los consumió: ¿dónde estaba? ¿Estaba bien? Pero cuando la verdad se reveló, que se había marchado a un retiro espiritual, una ola de alivio momentáneo los invadió. Era una explicación, una que les permitía seguir adelante, aunque con una punzada de tristeza. Sin embargo, pronto esa explicación se desmoronó. El "retiro espiritual" era una farsa, Tras lo que pareció una eternidad de búsqueda frenética, una señal surgió. Un punto en el mapa, una lectura inusual. Los radares apuntaron hacia un lugar inesperado, un sitio que nada tenía que ver con las guaridas de villanos o bases secretas. "¡Aquí!", gritó el operador de los radares, señalando la pantalla. "¡Tenemos una lectura! Parece... parece una escuela." Una escuela. La idea resonó extrañamente. ¿Por qué Kid Flash, o quien lo tuviera, estaría en una escuela? ¿Era una trampa? ¿Un lugar para esconderlo? La incertidumbre era abrumadora, pero la esperanza, por tenue que fuera, se encendió de nuevo. Tenían un destino. Tenían un lugar al que ir.All Rights Reserved
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