Hace mucho tiempo, en un reino rodeado por colinas y viento, una flor dorada cayo del cielo, escondida entre las piedras y arbustos. Decían que su luz podía sanar cualquier herida y devolver la vida.
Durante años, un brujo llamado Eggman la usó en secreto para conservar su juventud. Cantaba las palabras antiguas de la flor, y con cada nota, las arrugas desaparecían y su vida se extendía un poco más.
Pero un día, la flor fue encontrada por los habitantes del reino. La usaron para salvar a su reina enferma, quien esperaba un hijo. Gracias a su poder, la reina sanó, y poco después nació un pequeño con púas tan doradas como el sol: Sonic.
Eggman, al descubrir que la flor había desaparecido, pronto notó que el poder de aquella magia había pasado al niño. Bastaba con que Sonic cantara para que su luz dorada brillara y cualquier herida sanara... o la juventud regresara.
Movido por la codicia y el miedo a envejecer, Eggman secuestró al pequeño, llevándoselo lejos, a una torre perdida entre los bosques. Allí lo crió como a su propio hijo, haciéndole creer que el mundo exterior era cruel y peligroso.
Los años pasaron, y Sonic creció sin conocer su verdadero origen. Cada año, en el día de su cumpleaños, miraba desde la ventana aquellas luces flotando en el cielo -sin saber que eran anillos que su verdadero reino alzaba en su honor. Con la esperanza de que, algún día su pequeño príncipe regresaría al reino.
Hasta que un día, cuando Sonic cumple sus 18 años, un ladrón fugitivo, Shadow, irrumpió en su torre. Un ladrón con el corazón endurecido por el pasado, que huía de todos, incluso de sí mismo.
Ninguno lo sabía entonces, pero aquel encuentro cambiaría su destino para siempre.
Entre secretos, heridas y sentimientos que no entendían, descubrirían algo más poderoso que la magia que los unió: el amor.
Porque para Shadow, amar fue descubrir el mundo...
Y para Sonic, amar fue su escape.
Dieciocho años después de haber sido expulsada por amar a quien no debía, Isabela regresa a la hacienda que alguna vez llamó hogar.
No busca venganza... sino respuestas, y tal vez una nueva oportunidad de empezar.
Allí la espera Graciela, la esposa de su hermanastro: una mujer marcada por el miedo, la pérdida y los silencios que Vicente dejó atrás.
Pero entre miradas contenidas, sonrisas robadas y heridas que el tiempo no logró borrar, Isabela se descubre dispuesta a ofrecerle a Graciela algo que ella ya no cree merecer: amor, ternura... y una felicidad que parece imposible.
Porque a veces, el destino te obliga a volver al lugar donde más dolió... solo para mostrarte que también puede ser donde finalmente aprendas a amar.