Raven ha vivido robándole al destino desde que tiene memoria.
Una ladrona callejera con el corazón enfermo y una cuenta regresiva tatuada en las venas, igual que su habilidad para el dibujo.
Le quedan meses, quizá menos. Pero mientras el mundo la olvida, ella planea irse dejando huellas.
Levi, en cambio, lleva años muerto en vida.
Un hombre moldeado por la sangre y la lealtad, que juró no volver a sentir después de perderlo todo.
Hasta que la chica que debía ser solo un trato... comienza a desafiar cada línea que juró no cruzar.
Ella es caos y luz.
Él, control y oscuridad.
Y el destino -o quizás la ironía- los obliga a fingir un amor que poco a poco deja de ser mentira.
Pero hay algo más peligroso que los enemigos de Levi:
su propia moral.
Porque nada en ella está permitido -ni su edad, ni su inocencia, ni su condena-
y aun así, él no puede apartar las manos del fuego.
Entre Europa, secretos, pecados y promesas rotas,
dos almas marcadas por la muerte aprenderán que amar no siempre es redención...
a veces, es la más dulce condena.
Lo peor no es morir.
Lo peor es querer vivir, cuando la muerte ya decidió la fecha.