Batman en Miraculous - El Vigilante de París

César de la Paz tenía 15 años, un chico curioso y soñador, con cabello oscuro que siempre caía sobre sus ojos marrón profundo, y una mirada que parecía buscar respuestas incluso donde nadie más miraba. Su vida era sencilla, casi monótona, hasta que un día, un trágico accidente truncó su existencia. Pero la muerte no fue el final; fue solo el principio de algo extraordinario.

En el umbral entre la vida y la eternidad, César se encontró con Azelior, el Dios de las Segundas Oportunidades. Azelior era imponente, con una presencia que irradiaba calma y poder a la vez; su voz parecía surgir de un lugar donde el tiempo y el espacio eran irrelevantes. El Dios le ofreció algo que ningún humano podría rechazar: la posibilidad de empezar de nuevo, de corregir el rumbo de su destino. César podía pedir tres deseos. Sin embargo, su corazón no anhelaba poderes sobrenaturales, ni riquezas, ni fama. Solo quería vivir, aprender y proteger a quienes no podían protegerse por sí mismos.

Azelior sonrió, reconociendo la pureza de su deseo. Con un gesto, transformó su apariencia: César De la Paz se convirtió en Carlos Leroy, un joven con rasgos más firmes y una presencia que emanaba determinación y misterio. No solo era un cambio físico; su esencia se había adaptado a su nueva vida.

El Dios le reveló su destino: Carlos sería el Batman del mundo de Miraculous, un protector que operaría en las sombras, combinando ingenio, agilidad y estrategia para mantener el equilibrio y la justicia en París. Su nueva vida sería un reto, lleno de aventuras, misterios y encuentros con héroes y villanos que jamás habría imaginado.

Con un último parpadeo de luz, Carlos Leroy despertó en un mundo que parecía salido de un cómic y una serie animada al mismo tiempo. Así comenzaba su segunda oportunidad: una vida donde podía ser más que un chico cualquiera...pero siendo la sombra en las noches.