Cuando Asher Watson se mudó con su familia a los seis años, no sabía que dejaba atrás algo más que un barrio.
Alaska, su amiga de infancia y rival por naturaleza, creció con el recuerdo de un niño insoportable que desapareció sin más. Y aunque nunca lo admitió, su ausencia afectó más de lo que quiso aceptar.
Ahora, años después, Asher regresa al mismo instituto, con un nuevo look, menos palabras y una mirada que desarma.
Alaska lo reconoce al instante. Y aunque dice que le da igual, que todo está superado...se le acelera el corazón cada vez que lo tiene cerca.
Porque siguen chocando. Siguen discutiendo. Pero algo ha cambiado. Y no es solo el piercing ni la voz más grave.
Es esa tensión que no se parece en nada al odio de antes.
Él no eligió irse. Pero ahora está de vuelta.
Y ella no sabe si quiere mandarlo a la mierda...o quedarse a su lado.
Una historia de miradas que duelen, orgullo mal disimulado y dos corazones que se resisten a recordar lo bien que latían juntos.
"Dicen que lo contrario al amor es el odio.
Entonces.... ¿qué pasa si siento los dos al mismo tiempo?"