REGINA

Desde el momento en que abrió los ojos por primera vez, esos ojos de un verde profundo que contrastaban con su cabello pelirrojo, el destino comenzó a mover sus hilos.
Regina Weasley era, en apariencia, tan frágil y delicada como la suave brisa de un atardecer, pero en su interior latía un corazón de una pureza y dulzura inusuales.
Su aura era irresistible, un imán de cariño y admiración para todos los que la conocían. Podría afirmarse, sin temor a exagerar, que poseía el alma más bondadosa de todas, un espíritu perdido entre los juegos crueles que la muerte y el destino entrelazan.

¡Oh, Regina...! Dulce niña de corazón de caramelo.
Tu fin no será por amor.
Caerás ,no por debilidad, sino por todos aquellos a los que amaste...
y por aquel pasado que nunca logró descansar.