
En mi vida, toda belleza fue una herida. Amé con la inocencia de quien no conoce el filo, y siempre pagué el precio con heridas profundas y dolorosas. Pero ninguna me marcó tanto como las que ella dejó. Leire Costa fue mi Rosa Azul, un milagro que había prometido sanar todas mis viejas penas y, al final, fue la que me abrió la herida más profunda. Ahora, roto y con el alma aferrada a ese recuerdo perfecto, he aceptado un pacto cruel: ser su "amigo". La veo reír, la escucho hablar de sus nuevos amores y, peor aún, la veo vestirse para otros, exótica y libre, una belleza que ya no me pertenece. Cada encuentro es una tortura; un intento masoquista por encontrar, en el tallo espinoso de esta amistad, la flor que una vez me dio tanta luz y felicidad. Me duele verla brillar para el mundo, pero me aterra soltarla. Sé que cada caricia a sus espinas me desangra, pero sigo creyendo que, si persisto, el dolor me llevará de vuelta a aquella vez, a ese color azul que prometía ser eterno, a aquella promesa de un amor durarero. Esta es mi historia; la de un chico que prefiere sangrar a soltar el único recuerdo de felicidad que le queda.All Rights Reserved
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