El Silencio del Bondi 257: Crónica de la Masacre de La Ribera

El Pola (18 años, Quilmes) no es un héroe. Es un pibe que estaba de joda cuando la ciudad se quedó en silencio. Ahora es un testigo a la fuerza que usa las notas de su celu para dejar la única crónica real de lo que pasó. Esto no es un cuento, es la verdad. Y te la cuenta en primera persona, con la bronca y el pánico que se siente al ver que tu barrio se convierte en un infierno.

Los Supervivientes.
El Pola: El narrador. Un gil que tuvo la mala suerte de estar en la Plaza de la Cruz cuando el terror bajó del Bondi 257. Su única habilidad es correr y la desesperación por entender qué es esa plaga que se come a la gente.

El Cheto: Un viejo de la Cervecería, curtido y paranoico. Armado con un caño oxidado, conoce los túneles y los secretos más oscuros de la Ribera. Es la única chance de El Pola de cruzar el Muro de las Caras, pero no sabés si te va a salvar o te va a clavar un puñal si la cosa se pone fea.

El Desastre.
Esta no es una masacre cualquiera. Es mítica, nacida del barro y la mugre de la orilla de Quilmes. Hay bichos que caminan con sonrisas de cortes, una Bestia Alada que te quema con su lluvia negra, y un Pozo de la Agonía que parece ser la puerta de entrada de toda esta mierda.

Cuando las camionetas negras llegan a tapar el quilombo, El Pola y El Cheto se dan cuenta de algo turbio: no solo tienen que zafar de las criaturas, sino también de los milicos que vinieron a borrar todo.

Abrí esto. Leé la crónica antes de que la borren. ¿Estás listo para saber qué se esconde bajo el silencio de un bondi varado en plena madrugada?