CORAZÓN DE OBSIDIANA

En los albores del Quinto Sol, cuando los dioses aún caminaban entre los hombres y el tiempo era un espejo sin nombre, una flor fue ofrecida sin querer florecer.
Zyanya, sacerdotisa de voz dormida, muere en un ritual incompleto. Su alma, suspendida entre el aliento del viento y el silencio de los huesos, es coronada como reina del Mictlán por Mictlantecuhtli, el dios que no sabe amar sin poseer.
Pero su corazón -hecho de obsidiana y memoria- aún late por algo que ni los dioses comprenden.
Desde lo alto del cielo, Quetzalcóatl, el dios del renacimiento, desciende al inframundo. No por deber. Por deseo. Por culpa. Por una voz que no olvida.

Entre eclipses, espejos rotos y danzas de huesos, los dioses se enfrentan no por poder, sino por ella. Pero Zyanya no es flor ni sombra. Es voluntad. Y su elección puede fracturar el Mictlán, silenciar al viento... o hacer que el mundo recuerde.

"Romper el corazón de obsidiana no es destruirlo. Es liberarlo."